Uno de los fallos característicos que presentan los pavimentos asfálticos es la fisuración. Este fenómeno tiene que ver con la fragilización de la mezcla asfáltica y puede ser causado por a diferentes factores, como por ejemplo, la exposición a bajas temperaturas o el envejecimiento del ligante asfáltico que da cohesión a la mezcla. Estos dos fenómenos de rigidización de la mezcla se combinan con un tercer factor, la fisuración por fatiga. La aplicación repetida de cargas que, a priori, la mezcla puede soportar puntualmente, acaban produciendo la fisuración de ésta. A la práctica, estos tres mecanismos no son independientes, sino que actúan en conjunto. Esto requiere que los ensayos llevados a cabo en laboratorio tengan en cuenta todas estas variables a la hora de ensayar las futuras mezclas que se emplearan en el pavimento. Sin embargo, la larga duración de los ensayos de fatiga impide, en muchas ocasiones, realizar estudios en los que se analice la influencia de diferentes variables, por ejemplo, temperatura y grado de envejecimiento. Esta comunicación presenta un tipo de ensayo cíclico que permite evaluar la resistencia a fisuración de mezclas asfálticas de una manera mucho más rápida que los ensayos de fatiga convencionales. Empleando la técnica conocida como barrido de deformaciones (EBADE), es posible evaluar el comportamiento del material bajo condiciones cíclicas a diferentes niveles de solicitación en un solo ensayo. De esta manera es posible introducir variables de estudio sin incurrir en un excesivo incremento del tiempo de ensayo. En este trabajo se ha analizado la resistencia a fisuración por fatiga de una mezcla bituminosa fabricada con tres ligantes diferentes, a tres temperaturas de ensayo y a diferentes condiciones de envejecimiento. Los resultados obtenidos han permitido comprobar como el tipo de betún, la temperatura y el envejecimiento de la mezcla influyen en la resistencia a fatiga de ésta.