Abstract:
|
No le corresponde, ciertamente. a la filosofia analitica el monopolio sobre d tema de la acción. aunque tal vez s¡ el mérito de haber sido, de entre las tradiciones liIosólicas dominantes en este siglo, la que con más atención, detenimiento y sistematicidad lo ha abordado. El mérito tiene sus contrapartidas: el tratamiento a que ha sometido el asunto ha sido el esperable en un pensamiento que hace bandera del rigor, la precisión y la cientificidad. Conviene empezar advirtiendo estas cosas no ya sólo para disponer psicológicamente de manera adecuada a la recepción de este mensaje, sino. lo que es mucho más importante, para disponer teóricamente para ciertas propuestas. Que tal vez no sean las más ajustadas a estos tiempos en los que, en múltiples foros, se le suele reclamar al conferenciante amenidad, cuando no directamente diversión. A este respecto me siento moralmente obligado a hacer una advertencia: 1:lS cuestiones que voy a abordar son francamente aburridas. Lo que ocurre es que. del mismo modo que casi todos estamos dispuestos a conceder que con frecuencia en los medios académicos la tediosa erudición es la excusa para abordar temas de escaso interés para los más. deberíalllos aceptar que. casi con la misma frecuencia, las presuntas brillanteces y originalidades de muchos de los conferenciantes más celebrados en otros medios esconden una profunda insustancialidad... |