Notas:
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La realidad de la mujer en el Islam no puede entenderse separada de la concepción islámica de la vida
y de la sociedad, donde la mujer cumple un papel centrado en el cuidado a la familia y educación de
los hijos y por tanto externo al ámbito del trabajo asalariado. La socióloga tunecina Sophie Ferchiou
afirma que el análisis de las sociedades árabes distingue dos mundos sociales: mundo público
masculino y mundo privado femenino. Pues bien, la realidad laboral de estas mujeres tanto en el mundo
árabe como en el mundo occidental no viene asociada a prohibición alguna del trabajo femenino en el
Islam (a título de ejemplo, Aisha, la esposa del profeta), como tampoco se explicita en los textos
sagrados de otras religiones monoteístas, la Biblia o el Tanaj o biblia hebrea (aunque el Libro de la
Sabiduría de Jesús ben Sira o Eclesiástico 25,13-26,18 sí se afirma literalmente que “es una infamia y
una vergüenza que la mujer sustente al marido”), que comparten idénticos parámetros patriarcales y
misóginos producto de una reinterpretación androcentrista de los escritos y la tradición religiosos
(“por una mujer comenzó la culpa y por ella morimos todos")
. Insólito resulta, por otra parte, el curso
paralelo de todas ellas cuando su surgimiento, sea el judaísmo, el catolicismo, el Islam…, se vincula a
la necesidad de luchar contra la opresión y la desigualdad de los desfavorecidos y en particular de la
mujer
, mientras su interpretación posterior confluye de nuevo en la subordinación femenina. |