A pesar de las evidentes semejanzas, fundamentalmente a nivel narrativo, entre las resurrecciones obradas por Cristo y las obradas por Apolonio de Tiana, tal como se han venido señalando en los estudios desde hace décadas, lo cierto es que, si se analiza con detenimiento y contextualizándolas adecuadamente, las resurrecciones obradas por los hombres divinos paganos en las biografías que conservamos poseen unos rasgos diferenciales muy particulares que encajan perfectamente, además, como cabía esperar, con la tradición de la Academia antigua, en primer término, y con la doctrina neoplatónica a propósito de la dualidad cuerpo-alma, en claro y deliberado contraste con la taumaturgia cristiana.