La disponibilidad de energía es una necesidad básica para el desarrollo de las personas. Actualmente, en muchos lugares del planeta hay gente que no dispone de un abastecimiento adecuado. A parte, el hecho de que en muchos casos las fuentes de energía estén alejadas de los puntos de consumo hace el sistema energéticamente ineficiente. El costo del petróleo marca nuestras vidas. Un aumento su valor, implica una subida de precios general. Históricamente ha habido fluctuaciones en su valor, pero cada vez más, aparecen picos del precio, transmitiendo incertidumbre. Se han hecho numerosos estudios para calcular cuando se acabará la extracción de esta materia, y tarde o temprano llegara este momento. En la cuestión ambiental no estamos mucho mejor (todo está enlazado). Las emisiones de CO2 y otros gases extremadamente altas provocan un sinfín de problemas. Es por eso que se han de ir buscando nuevas fuentes de energía, que además sean más limpias. En muchos lugares se ha introducido el negocio de los agrocombustibles a gran escala como solución, con consecuencias negativas como el aumento del precio de los alimentos, la pérdida de biodiversidad, desplazando comunidades… Anualmente se vierten millones de litros de aceite usado por los desagües, provocando la contaminación de las aguas. Este proyecto plantea una alternativa a pequeña escala para sustituir parte del consumo de energía fósil mediante la revalorización de un residuo como es el aceite de cocina usado para obtener biodiesel destinado al autoconsumo, haciendo funcionar los tractores de la cooperativa donde se hace el estudio. Supone un pequeño paso para llegar a una soberanía energética de la comunidad y así no depender tanto de los combustibles fósiles, siendo más autosuficientes.

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