Abstract:
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El trabajo de investigación abordado es un estudio interdisciplinario que necesita la mirada de la psicología, las
ciencias de la educación, las ciencias experimentales, las tecnologías, las matemáticas, la historia, la sociología,
la filosofía, la epistemología, la formación del profesorado y, obviamente, la perspectiva de género.
Por ello, en el presente estudio he partido de investigaciones previas en diversos ámbitos, informes institucionales
y de diversos organismos internacionales sobre la escasez de mujeres en los estudios de ingeniería. En todos
ellos se resalta la necesidad de incorporarlas a dichos estudios y profesiones para no perder talentos.
Hoy en día existen generaciones de mujeres que han crecido con los ordenadores, manejando dispositivos digitales,
que no sienten la más mínima aversión por la tecnociencia, que usan el móvil, que utilizan las TIC a diario
para comunicarse o buscar información y, con todo, no eligen carreras de ingeniería a pesar de ser estudiantes
brillantes (Álvarez-Lires, F.J, 2010). A este respecto, Frances Allen, la única mujer Premio Turing de Ciencias
de la Computación (2007), equivalente al Premio Nobel en ese ámbito, manifestaba en 2008 que si las ciencias
de la computación se mostraran más propicias a atender necesidades sociales, las chicas accederían a ellas en
mayor medida y que “las mujeres volverán a interesarse por la informática cuando sea esencialmente relevante
para la sociedad”.
La pérdida creciente de interés de la gente joven en los estudios de ciencias e ingeniería en todo el mundo, en
particular en Europa (informes Rocard, 2008 y ENCIENDE, 2011), y la fuga de cerebros, podrían tener un impacto
grave y, por lo tanto, “es necesaria la incorporación de más mujeres y grupos subrepresentados a la ciencia y
a la ingeniería para ayudar a mantener y promover el conocimiento de nuestras sociedades y economías, y no
simplemente por razones de equidad” (Huyer y Westholm, 2007).
Además la demanda de profesionales de las TIC está creciendo en un 4% al año, superando a la oferta. Las
vacantes no se pueden ocupar si no se atraen a más jóvenes a carreras del entorno TIC, incluyendo a las mujeres.
A pesar de los avances legislativos en materia de igualdad, los estereotipos respecto de la imagen de la ciencia y
la tecnología, al papel y supuestas habilidades innatas de hombres y mujeres no parecen remitir, siendo los más
persistentes los que se refieren al ámbito personal y al tecnológico. Existe un abrumador dominio masculino en
el sector de la tecnología, todavía son muy pocas las mujeres que ocupan puestos clave de dirección.
Por todo ello me ha parecido muy interesante estudiar de qué manera incide la situación descrita anteriormente
en uno de los aspectos más relevantes y repetidos en los estudios de ciencia, tecnología y género: la escasa
presencia de mujeres en las carreras tecnológicas como alumnas y, en consecuencia, como profesoras y profesionales,
cuestión que es objeto de preocupación en todo el mundo. |