A día de hoy, la energía eléctrica es prácticamente imprescindible para el desarrollo de cualquier actividad industrial y comercial, así como humana. Esta energía se produce según se va necesitando, es decir, just in time, ya que no es posible su almacenamiento previo en cantidades importantes y debe estar a disposición de los usuarios de una manera permanente. Igualmente, la configuración del sistema eléctrico no permite un control y gestión de la calidad de energía que reciben los usuarios debido a la gran cantidad de actores y variables que actúan en él. Además, la calidad que se supone debe tener la electricidad depende del punto de vista, pues no compartirán opinión generadores, distribuidores y usuarios. Por no hablar de la valoración económica que implica una interrupción o mala calidad del suministro eléctrico. Actualmente, las aplicaciones que dependen de la energía eléctrica son más sensibles a las perturbaciones que se puedan producir en ésta. Y la interrupción de la posibilidad de operar en un momento determinado puede provocar pérdidas cuyo valor puede exceder muchas veces el coste del proceso. Como ejemplo, tenemos los procesos de producción continuos de las industrias químicas o el procesamiento de dato en logística, telecomunicaciones o banca. Ante esta situación, el usuario con estas necesidades críticas debe asumir los sobrecostes necesarios para garantizar la calidad de suministro que desea. Ésta es una inversión importante en importe y existe una amplia gana de soluciones disponibles y posibilidades. El desafío para el usuario es evaluar la que más le conviene por funcionalidad y costes. La opción más aceptada en la actualidad son los sistemas de alimentación ininterrumpida, SAI, pues son los que mayor abanico de perturbaciones pueden proteger. Aunque se debe pensar que existen diferentes tipologías y tecnologías de SAI, por lo que su instalación y explotación no son iguales. Hay que saber escoger e más adecuado para la aplicación y prestar especial atención a su instalación y mantenimiento. Y éste es el objetivo de es proyecto, definir una metodología y unas herramientas para solventar la problemática de selección e instalación de SAI, que al mismo tiempo incrementará la calidad del suministro. No obstante, la opción más adecuada para conseguir una alta fiabilidad es la combinación de estos equipos con otros sistemas. En resumen, garantizar una buena calida de la energía requiere primeramente un análisis de la instalación, una selección y un buen mantenimiento. Es decir, requiere un enfoque global y un buen conocimiento de los principios y procedimientos para la mejora de la calidad de la energía.