La Cámara Agrícola de Igualada fue una de las cámaras agrícolas con mayor actividad cooperativa de las que se crearon en España comienzos del siglo XX. No sólo suministraba a sus asociados abonos químicos y otros insumes agrícolas, sino que estableció un servicio de trilla mecánica y desarrolló la elaboración industrial de alcoholes vfnicos. Su análisis permite retornar una cuestión que desde hace años ha estado presente en el debate historiográfico, corno es la participación de los propietarios rurales en el cooperativismo agrario. Se argumenta que este modelo asociativo tuvo dificultades para consolidarse debido a que el compromiso de sus dirigentes con la acción cooperativa era secundario frente a otros objetivos que preocupaban más a los propietarios, corno la representación de intereses y la prevención del problema social agrario. Sin embargo, estas asociaciones sólo contaban con la adhesión de los pequeños campesinos en la medida que desarrollaran los servicios cooperativos. La Cámara de Igualada no escapó a las contradicciones de este modelo asociativo.