Los conflictos interpersonales son inherentes a la condición humana. Se pueden originar en los diferentes ámbitos en los que el ser humano interacciona en un grupo, incluyendo el laboral, ámbito en el que está centrado este trabajo. Las discrepancias que aparecen entre dos o más personas no siempre son negativas, pero si éstas no se gestionan debidamente es posible que se produzca un incremento de la intensidad del conflicto. Con ello, pueden aparecer conductas de violencia laboral, la cual conlleva importantes consecuencias tanto para la persona que la padece, como para la organización, e incluso para la sociedad. Por este motivo, es de vital importancia prevenir este riesgo psicosocial, y considerar el hecho de establecer un procedimiento de gestión de conflictos. Este trabajo pretende proporcionar orientación a las organizaciones sobre los aspectos a considerar al elaborar un plan para prevenir la violencia laboral, y concretamente, sobre cómo realizar e implantar un procedimiento de gestión de conflictos interpersonales. Esta medida es considerada fundamental para prevenir la escalada del conflicto en el enfoque actual de la prevención de la violencia laboral, a diferencia del antiguo enfoque, en el que la organización no tenía en cuenta este proceso.