La línea de ferrocarril Valladolid-Coscurita-Ariza ha sido una rama vertebradoras, tanto de mercancías como de pasajeros, desde finales del siglo XIX. Su importancia alcanzó su máximo apogeo durante los años 40 del pasado siglo, ya que permitía el paso de trenes a través de la meseta norte sin necesidad de bajar hasta Madrid ni subir hasta Miranda de Ebro (o Vitoria en algunos casos). Los problemas que acarreó esta línea (falta de presupuesto, mala calidad de los materiales, etc.) y el deficiente mantenimiento a lo largo de su vida, sumado a la aparición del vehículo privado, provocó su declive, tanto de pasajeros como de mercancías. Desde el cese de actividades algunos Consistorios, viendo el emplazamiento estratégico de la línea (industria vitivinícola en la D.O. Ribera de Duero), han planteado su rehabilitación para fomentar el turismo de la zona y dar así un impulso al emergente turismo enológico. La zona de estudio (tramo comprendido entre las localidades de Valladolid y Peñafiel) cuenta con una gran cantidad de empresas relacionadas con la manufacturación del vino, que ven con buenos ojos las ventajas que puede suponer este tipo de turismo. Por el contrario, la creciente preocupación que siempre supone una infraestructura de esta envergadura, y la posibilidad de expropiación forzosa de hectáreas de viñedos (como está ocurriendo con el desdoblamiento de la N-122 en la A-11, Autovía del Duero). Delante de esta situación, y sin necesidad de modificar el trazado ni expropiar terrenos, se plantea la rehabilitación de la vía de tren entre el desvío que surge hacia la factoría Renault, en el apartadero de La Carrera (Valladolid), y Peñafiel. Se trata de un tramo de aproximadamente 53 Km de longitud que transcurre entre diversas poblaciones, de ancho ibérico y vía única sin electrificar. Cuenta con numerosas estaciones (que actualmente tienen otros usos), así como zonas de carga y descarga y playas de vías en múltiple localidades. Así mismo, se plantea la integración urbana y la creación de apeaderos para facilitar el acceso a los complejos vitivinícolas alejados de zonas urbanas.