La Directiva Marco de Aguas y la Directiva para la Protección de las Aguas Subterráneas suponen un nuevo paradigma para el entendimiento y la gestión del ciclo hídrico en Europa. Este marco requiere realizar tareas basadas en controles sistemáticos mediante redes de observación y en la obtención de datos sobre la situación actual de la calidad y la cantidad del agua subterránea, su posible evolución y las relaciones de las masas de agua subterránea con otros elementos del ciclo hídrico. La obtención de información confiable, útil para la gestión, requiere contar con redes de observación dedicadas. Un ejemplo útil es el de Doñana (Huelva). El acuífero de Doñana sustenta un área protegida de relevancia internacional y una economía agrícola de gran importancia. En la década de 1990 la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir construyó una red de observación diseñada para conocer la red de flujo de agua subterránea en 3D. La adecuada explotación de esta red permitió conocer la configuración del flujo en el acuífero, caracterizar el fondo químico natural, su origen y tendencias de deterioro, conocer el efecto de las extracciones sobre humedales singulares y mejorar las estimaciones de la recarga y la descarga a través de modelos numéricos de flujo. Para que una red dedicada pueda cumplir con sus objetivos es necesario dedicar el tiempo necesario a la fase previa de definición y tomar determinadas precauciones en su construcción.