El 1 de junio de 2007 entrará en vigor la Directiva REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas, por sus siglas en inglés). El nuevo sistema obligará a todas las empresas productoras, importadoras y consumidoras de productos químicos a usarlos siempre de forma que no afecten negativamente ni a la salud humana ni al medio ambiente.
Para conseguirlo, se propone crear un Registro por el cual todos los productores o importadores deben informar de antemano sobre los riesgos potenciales de cada sustancia que produzcan o importen en cantidad superior a una tonelada al año. El detalle de la información requerida aumenta para volúmenes superiores a diez, cien y mil toneladas al año respectivamente. Para cada sustancia, debe realizarse una evaluación de su peligrosidad contemplando las posibles aplicaciones de cada producto.
Todas las sustancias de alto riesgo requieren autorización previa. Para ello, los interesados en la comercialización de la sustancia deben demostrar que el riesgo de uso puede ser debidamente controlado o que los beneficios socioeconómicos superan los riesgos. Existe incluso la posibilidad de que sustancias, sujetas a registro o no, sean sometidas a restricciones a criterio de los organismos comunitarios. Todo ello obligará a la creación de una nueva Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) en Helsinki, que gestione el proceso y homogenice las diversas interpretaciones que puedan dar de la Ley los diferentes Estados miembros.
Se han realizado diversos estudios sobre el impacto de la nueva política y se ha llegado a valorar en más de 22.000 millones de € [A.E.C.Q., 2006] el coste directo e indirecto que puede tener la implantación de este sistema para las compañías europeas. Además, muchas sustancias que se han estado usando hasta ahora, serán retiradas del mercado porque sería muy costoso realizar los procesos de registro o autorización, con el consiguiente impacto en las formulaciones de las que formen parte.
Por otro lado, todo este proceso burocrático extraerá recursos de la investigación y desarrollo y se puede anticipar que los productores intentarán trasladar las industrias fuera de Europa. Para los distribuidores supondrá una dificultad grande, pues en el caso de importaciones de pequeño consumo puede no interesar a los productores su registro, con la consiguiente pérdida de mercado para el distribuidor o la necesidad de asumir nuevos costes.
En este contexto de entrada en vigor inminente de la Directiva REACH, la empresa IMPEX QUÍMICA, una empresa distribuidora ubicada en Barcelona, decidió empezar a estudiar sus obligaciones. Se creó un equipo de trabajo que, desde marzo, ha iniciado el procedimiento de puesta en marcha del REACH. Este documento presenta una guía metodológica de implantación de la Directiva, que ofrece una orientación para llevar a cabo las gestiones principales. |