El melocotonero (Prunus persica (L.) Batsch) es un cultivo de importancia
creciente en España, particularmente para producción temprana en las
regiones meridionales de la Península. Además tiene una elevado ritmo de
sustitución de variedades. Solamente entre los años 1990-96 se
comercializaron en el mundo alrededor de 500 nuevos cultivares (Fideghelli et
al. 1998). El valor de las nuevas obtenciones es muy elevado, por lo que existe
también un gran interés en su protección por parte de los mejoradores, y en el
control de su identidad por viveristas o agricultores.
La identificación varietal con datos sobre la morfología y fisiología de los
frutales se realiza en ensayos de campo que requieren largo tiempo,
generalmente años, de observación. Estos procesos son demasiado lentos
para aplicaciones como el control de identidad en vivero o para la protección de
los derechos de obtentor. Los marcadores moleculares, basados en la
variabilidad del ADN, pueden detectarse en cualquier momento del desarrollo
de la planta, y en diferentes tejidos, permitiendo establecer en pocos días un
perfil único para cada variedad.
El melocotonero es una de las especies menos variables del género Prunus
(Byrne, 1990). Ello se debe a su sistema de autocompatibilidad que permite la
autofecundación, lo que probablemente ha causado una importante erosión de
su variabilidad genética especialmente desde el uso de las técnicas modernas
de mejora genética. La baja variabilidad de este cultivo significa que los
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marcadores que deben ser utilizados para su identificación han de buscarse
entre los de mayor polimorfismo, ya que el uso de marcadores de buena
calidad pero poco polimórficos no permite el objetivo de la caracterización
individual de cada genotipo (Messeguer et al., 1986). |