La insuficiencia renal crónica (IRC) se define como el deterioro lento y progresivo de las funciones renales debido a la destrucción irreversible de las nefronas. El resultado es un descenso gradual de la velocidad de filtración glomerular, de la función tubular y de la capacidad de reabsorción, que da lugar a la pérdida del control hidroelectrolítico, a trastornos aci­dobásicos y a problemas sistémicos. Suele producirse una progresión gradual hacia la uremia. Evoluciona en periodos de tiempo variables que oscilan de meses a años, hasta llegar a la fase terminal en la que la diálisis o el trasplante son la única solución de supervivencia.