Abstract:
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La historia acumula una gran cantidad de catástrofes a causa de eventos tanto naturales como originados por el hombre.
Los eventos naturales son originados por las condiciones geográficas de cada región del planeta, siendo algunas de estas identificables antes de que sucedan lo cual permite tomar medidas de protección para los habitantes de las zonas posibles de ser afectadas. Otras no son predecibles, como es el caso de los sismos.
Se entiende que ciertas zonas del planeta son más propensas a sufrir los embates de los sismos, como el caso de Chile que se encuentra en el cinturón de fuego del Océano Pacífico, sin embargo por ser su origen provocado por eventos geográficos bajo la litosfera resultan impredecibles, esto genera una condición de atención latente que se traduce en un modo de vida, que exige la adaptación de la población, las ciudades y las edificaciones a modo de poder enfrentarlas.
El riesgo de sufrir un daño depende de la amenaza de que ocurra un evento y de nuestra vulnerabilidad al mismo. En el caso chileno, no podemos evitar que la tierra tiemble por lo que la amenaza de que ocurra un terremoto está fuera de nuestro control. Sin embargo, podemos tomar precauciones que nos hagan menos vulnerables a ellos como, por ejemplo, asegurarnos que las construcciones sean sismoresistentes. Así, lo único que podemos hacer para disminuir nuestro nivel de riesgo es tomar precauciones para reducir nuestra vulnerabilidad y toda la política pública en gestión de desastres naturales debe tener este objetivo.
Esta situación constante en Chile, de eventos naturales de gran envergadura, han sido asumidas de manera preventiva mediante normativas y un consiente colectivo, sin embargo en deuda se encuentra en materia habitacional la normativa durante el periodo de recuperación ante una catástrofe, este periodo es una constante al igual que las posibles catástrofes que genere un evento natural, la implementación en Chile de nuevos sistemas constructivos, en seco, puede dar luces a una eficiente respuesta post catástrofe. |
Abstract:
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The history accumulates a big amount of disasters due to natural and men caused actions.
Natural actions are originated by the geographical conditions of each region of the planet, some of these actions can be identified before they occur which allows to take protective measures for the inhabitants of the possible affected areas. Others actions can’t be predicted, as is the earthquakes case.
Certain areas of the planet are more prone to suffer the ravages of the earthquakes, as is the case of Chile that is located in the Pacific Oceans Ring of Fire. Furthermore, because of they are originated by the geographical actions under the lithosphere they are unpredictable, this leads to a way of life of continuous latent attention that requires the adaptation of the population, cities and buildings to weather the earthquakes.
The risk of damage depends on the threat of the action and our vulnerability to it. In the Chilean case, it can’t be avoided the tremble of the earth because the threat of an earthquake is beyond our control. Although, precautions can be taken to be less vulnerable to them as, for example, ensure the earthquake resistance of the buildings. Thus, take precautions is the only action possible to reduce the vulnerability and all the public policy in disaster management should have this goal.
This constant situation in Chile, of large natural actions, have been assumed in a preventive way by the policy and a collective conscious. However, the housing legislation is in debt with the disaster recovery situation, as the disasters generated by the natural events this period is a constant. The implementation of new building systems in Chile, containing mechanical joints, can shed light to a post disaster efficient response. |