En el Mediterráneo, las zonas costeras acogen las mayores densidades de población, por tanto soportan una importante presión social y de infraestructuras. Las zonas costeras están expuestas a alto riesgo ya que existe un equilibrio dinámico frágil entre tierra, mar, ríos y atmósfera. La variabilidad natural del clima y/o el cambio climático acelerado puede acentuar los fenómenos extremos (por ejemplo, mas intensidad en las tormentas) pero también agravar los efectos biogeofísicos a largo plazo, tales como el aumento del nivel del mar, mas tormentas, inundaciones costeras, erosión costera, pérdida de sedimentos, intrusión de agua salada en los acuíferos costeros y la pérdida de humedales costeros o infraestructuras. La intensificación de estos efectos aumenta la vulnerabilidad de la zona costera a los desastres naturales y puede conducir a cambios en su estado que puede no ser compatible con la infraestructura y los usos actuales.La presente estudia la vulnerabilidad de la costa Catalana y Golfo de Valencia a partir de datos experimentales (análisis de series de tiempo para la obtención de tenencias) y simulados (ensemble de modelos climaticos de predicción), mediante un conjunto de indicadores biogeofísicos y socioeconómicos. Finalmente, se propone la aplicación de medidas de adaptación y mitigación frente a los impactos del cambio climático con el fin de suavizar futuros efectos negativos y evitar la necesidad de aplicar acciones drásticas en el futuro próximo.