Abstract:
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Luego del desenlace de la segunda guerra mundial, el porcentaje de destrucción para las ciudades comprendidas en el frente del Este,
alcanzaba grandes valores lo cual se traduce en una necesidad de equipamiento de carácter público y privado. Uno de los puntos más
críticos era la necesidad de vivienda para la población, por lo cual, la cúpula central de la ex U.R.S.S. implementa políticas habitacionales de
carácter constructivo. La de mayor potencialidad fue el desarrollo de sistemas prefabricados pesados para suplir la necesidad de vivienda.
Se inicia así un proceso en escalada de modulación, diseño y prefabricación de carácter social.
A través del tiempo este sistema se perfecciona, llegando a tipificar completamente el proceso constructivo de los edificios en Álbumes de
desarrollo práctico. Este perfeccionamiento se va desarrollando como un mejoramiento de las series prefabricadas, en donde a través de
los diferentes periodos1, se mejoran las patologías observadas. Es precisamente en este punto donde radica la importancia de la
prefabricación social ya que se adquieren procesos de innovación en tecnología y soluciones constructivas para la mejora de las series
desde 1947 a 1980. Debido a esto, no es casualidad que el parque inmobiliario actual, en las ciudades reconstruidas de Europa del Este,
sean mayoritariamente soluciones prefabricadas pesadas, en donde la rigidez y modulación repetitiva del sistema configura barrios
completos.
Actualmente estos barrios se encuentran en un proceso de deterioro debido a la no mantención de ellos a través de políticas
habitacionales. Sin embargo existen programas para la mantención de las fachadas y aislamiento térmico de esta. A pesar de esto, los
propietarios reacondicionan el interior de los pisos, sin embargo este proceso de obra solo comprende terminaciones que no procuran
mejorar las condiciones de habitabilidad, sino que su objetivo es netamente estético.
Debido a esto, se necesita rehabilitar espacialmente o reacondicionar de forma organizada y metódica, respetando los orígenes de la
construcción prefabricada social. Es decir, en la actualidad debemos continuar con el proceso de innovación que se inició en aquel
entonces, adaptándolo a las necesidades actuales, para poder activar las edificaciones según las necesidades habitacionales y
constructivas del siglo XXI. A su vez las nuevas tecnologías y materiales generan estándares internacionales de confort habitacional. Un ejemplo claro es lo que se
ha desarrollado en Alemania, bajo el concepto de Passive House2.Su objetivo apunta a la reducción de la huella ecológica a través de
soluciones constructivas de nuevas tecnologías y materialidades.
Como objetivo central se necesita continuar con un nuevo proceso tecnológico, en donde se debieran incluir soluciones constructivas
contemporáneas con estándares de habitabilidad, permitiendo así economizar a nivel constructivo y energético, dar valor agregado a
las construcciones y actualizarlas.
El problema es latente y actual, metrópolis completas están configuradas en base a la prefabricación pesada, por lo que la investigación
para desarrollar soluciones constructivas de carácter prefabricado queda totalmente fundamentada debido a la gran demanda que
generaría. Por lo cual desarrollar sistemas prefabricados contemporáneos que sumen calidad de habitabilidad a las antiguas series
residenciales soviéticas comprenderá un proceso de colaboración a empresas que puedan desarrollar las futuras soluciones de
rehabilitación y reacondicionamiento espacial.
Los procesos de innovación en tecnología constructiva no se detienen, si no que las construcciones deben ser parte de un proceso de
“upgrade”3, el cual debe ser relacionado con los inicios de modulación, prefabricación y concepción arquitectónica de los edificios, es decir
relacionar en un tejido los procesos tecnológicos constructivos a través del tiempo, para desarrollar nuevas soluciones que logren la
optimización de las construcciones. |