Resumen:
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La utopía anarquista, es decir la aspiración a una sociedad liberada de todo elemento coactivo, de toda autoridad, sea la del Estado, la de la Iglesia o la del Capital, generó muy pronto, a finales del siglo XIX, un actividad terrorista que, si bien fue protagonizada por una pequeña minoría, encontró un respaldo muy amplio, aunque no unánime, en las filas del movimiento. Puesto que la violencia ha de ser considerada la forma más extrema de coacción, lo ocurrido no deja de ser contradictorio. ¿Cómo se pasó del ideal libertario a la práctica terrorista? Explicarlo es el objetivo de este ensayo. |