Abstract:
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Es bien conocido por la comunidad científica internacional que la exposición al polvo de
madera, dependiendo del tipo de madera utilizada en la fabricación del mueble,
acarrea diferentes problemas a la salud del carpintero. Las madera blandas (coníferas)
son irritantes, alergénicas, y con el tiempo pueden llegar a generar asma ocupacional y
EPOC. El polvo de madera dura (no-coníferas) ha sido asociado con varios tipos de cáncer, incluyendo el de la cavidad nasal, pulmón y tracto gastrointestinal, y la enfermedad de Hodgkin. Las fibras alargadas acompañadas de poros corresponden a las fibras de coníferas. La mayoría de las fibras de no-coníferas son de paredes gruesas y cortas. Se sospecha que las características morfológicas de las fibras de las coníferas hacen que estas sean más agresivas en la deposición de los tejidos blandos de la nariz y los pulmones que las fibras de no-coníferas, aunque los efectos de estas
últimas sean mas letales. Sin embargo, la aparición del cáncer nasal y pulmón es más
tardía que los problemas respiratorios e irritaciones provocadas por las coníferas. Un
estudio de morbi-mortalidad laboral de los carpinteros de 10 empresas del Quindío
(Colombia) concluyó que el riesgo relativo era del 81%, lo que nos confirma que la
exposición continua al polvo de madera incide en la aparición de problemas o
enfermedades respiratorias y por ende al absentismo laboral. |