En el pasado la construcción de las calles, principalmente en zonas próximas a rieras, iba destinado a conducir el agua que provenía de las cuencas. En la actualidad las calles se diseñan con otra función, facilitar la circulación de los automóviles, y por lo tanto solo están preparadas para conducir una pequeña cantidad de agua, la que se genera en la misma calle a causa de la lluvia, y con el propósito que sea interceptada por algún imbornal. El propósito de éste estudio es conocer el comportamiento hidráulico de un cruce de calles. A partir de un suceso de lluvia se produce un proceso de transformación de la precipitación en escorrentía. Por lo tanto, se genera un flujo que circula por las calles. Esta situación puede llegar al punto que se generarse una gran escorrentía de agua, provocado por el fallo del sistema de drenaje o por la obstrucción de los imbornales. Aunque esta situación límite, no será objeto de esta tesina ya que asumimos que toda el agua será captada por el imbornal, y los caudales no serán nunca muy grandes.