Abstract:
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Desde hace treinta años, la comunidad científica se ha dado cuenta de un calentamiento
global, debido mayoritariamente al uso masivo de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas
natural), principales fuentes de gases de efecto invernadero. Para combatir este problema,
los países se han reunido en Río, Montreal y finalmente en Kyoto en 1997. El Protocolo que
ha resultado de esta última conferencia propone, entre otros mecanismos, la creación de un
mercado de derechos de emisión entre países. La Unión Europea ha decidido la creación de
un mercado de derechos por unos sectores industriales (representando un 40% de las
emisiones totales de la UE).
Este consiste a dar derechos de emisión a instalaciones industriales. Cada instalación tendrá
que devolver los derechos equivalentes a sus emisiones reales. Las instalaciones que
habrán disminuido sus emisiones por mejora de sus procesos o por disminución de su
actividad podrán vender sus derechos residuales a los que les faltan. Reduciendo el número
global de derechos emitidos cada año, los países controlaran el precio de la tonelada de
CO2. Así, cambios tecnológicos permitiendo la reducción de las emisiones que no fueron
económicamente viables, lo serán gracias al mercado. De facto, el Protocolo de Kyoto ha
dado un valor económico al CO2. De manera similar a lo que ocurre en el dominio financiero,
verificaciones son necesarias para asegurar que los datos son sin errores significativos, que
lo que es declarado corresponde a lo que ha sido emitido realmente.
Casi no había normas de verificación para las emisiones de CO2 en Europa, así que los
países han elegido varios tipos de acreditaciones, a las cuales corresponden varios tipos de
empresas verificadoras. El método de verificación es bastante homogéneo en toda Europa
aunque haya unos puntos de divergencia. Este método esta inspirado de la Decisión
2004/156/CE. Las verificaciones pueden ser muy diferentes de un sector industrial al otro. En
el caso de las cementeras, el proceso también es fuente de CO2 (el caso de las instalaciones
de fabricación de vidrio es similar). Los casos de las acerias y de las refinerías presentan
todavía más complejidad.
La verificación es parte del mecanismo puesto en marcha para la reducción de emisiones de
gases de efecto invernadero. Ella es el árbitro del mercado ya que asegura la homogeneidad
de los métodos de cálculo y de las interpretaciones asociadas. La supervivencia del mercado
después de 2012 esta sometida a negociaciones internacionales entre todos los actores. Si
este acuerdo contiene objetivos apremiantes, que los diferentes mercados fusionan, la
convergencia de los métodos de cálculo estará asegurada por los verificadores en todos
estos países. |