Desde que fue fundada por los romanos, Budapest ha sido famosa por sus baños termales. Por ello, entre los nuevos usos que propone la ciudad para regenerar la zona industrial de la isla de Obuda, destaca la presencia de un nuevo edificio destinado a los tratamientos termales. El proyecto ha sido concebido a partir de los que a mi juicio son los 4 aspectos fundamentales de la Arquitectura: el LUGAR, como pre-existencia física (emplazamiento, orientación...) y metafísica (contexto histórico, social...), la ESTRUCTURA, como generadora de forma, espacio y orden, el PROGRAMA, mediante el cual se da uso a los espacios creados por la estructura, y la LUZ, como material esencial de la arquitectura, capaz de cualificar los diferentes espacios. Mediante una potente perspectiva unifocal, se invoca a la unidad y a la complejidad sutil frente a la gesticulación y a la verborrea formal. Nos encontramos, entonces, frente una arquitectura profundamente clásica que se concibe desde el sentimiento de pertenencia a una tradición arquitectónica, como un episodio más de la historia de la arquitectura. El Partenón se convierte así en un referente abstracto del que poder desvelar su presente una vez más, como ya hicieron Kahn y Le Corbusier, en su insaciable búsqueda de la esencialidad y la atemporalidad.