Abstract:
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Una escuela de arquitectura como ejercicio final de carrera. Autoreflexión y autoafirmación, de lo particular a lo general. Programa conocido, por ello mejorable, aunque la reversibilidad es argumento de proyecto: se puede usar de otro modo. Se emplaza en una parcela de borde del campus de la Universidad de Alicante, antiguo aeródromo militar, planicie en que se recortan parcelas de verde sobre las que apoyan edificios. Aprovecho la barrera verde, domino la parcela rompiendo la dislexia parcela-solar, con taludes creo mi horizonte verde, el edificio se soterra. El edificio flota, hay sombra. Con agua, frescor. Ya puedo habitar el lugar. Proyectar como actividad específica, síntesis de disciplinas, transversalidad necesaria. El patio como arquetipo de espacio de consenso y confluencia. La estructura como guía espacial de las transversalidades. El control de la luz mejor arriba, en los espacios docentes, en las aulas-taller. Abajo, horizonte verde y estanque, los servicios que generan un campus interior fresco y umbrío, se escucha el agua, se refleja la luz, un único espacio visual, varios usos. El horizonte verde cambia su color según la floración, me tumbo a reflexionar. Reversibilidad como principio: una crujía-una puerta; el resto puede cambiarse sin interferir. Los departamentos se sirven de tabiquería desmontable y reutilizable para ello. Aparente compacidad exterior, ¿caja de lamas hermética? Interior abierto, espacio “nórdico”, blanco y madera. Una marquesina, megalito de hormigón flotante, me recibió sobre una alfombra roja. Un olivo ha dado su fruto, arraigado en un conocimiento que no tiene fin, alimentando una actividad cuya finalidad es el hombre. |