Abstract:
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Barcelona apuesta por la bicicleta como medio de transporte preferente, junto a los
desplazamientos a pie y transporte público, en detrimento del transporte privado (principalmente el
coche). Las administraciones públicas de la ciudad tienen varios planes de horizontes temporales de
5 a 10 años, para conseguir una mejora en la calidad del aire que se respira.
Este proyecto estudia el impacto que supondría para la ciudad si todos los desplazamientos que
actualmente se realizan en bicicleta, dejaran de hacerse. Por tanto, con un enfoque de impacto
positivo del uso de la bicicleta. Se estudia planteando dos nuevos escenarios de movilidad,
calculando las nuevas emisiones contaminantes que se generarían. Se parte de datos bibliográficos
obtenidos con diferentes técnicas (RSD, Copert, ADMS-Urban) y de una encuesta realizada a usuarios
de la bicicleta.
El resultado es que prácticamente no se modifican las emisiones con los nuevos escenarios,
concluyendo que todavía no son suficientes los 145.022 desplazamientos diarios en bicicleta para
obtener mejoras en la calidad del aire. No sucede lo mismo respecto a la ocupación de espacio
urbano, ni al ruido, ni a la contaminación del ciclo de vida del coche, que se verían perjudicados.
Otro objetivo es determinar mediante una comparativa, qué lugar ocupa Barcelona en movilidad con
bicicleta respecto a otras ciudades europeas, comprobándose que es de las peores ciudades europeas
analizadas, con sólo un 1,8% de los desplazamientos en bicicleta.
Finalmente, todo el proyecto conduce a una reflexión sobre cómo debería ser la
movilidad sostenible en Barcelona. |