Abstract:
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Los canes peninsulares fueron introducidos en las Indias como acompañantes naturales de sus amos desde el segundo viaje de Colón. Les seguían los primeros caballos, cerdos, gallinas y cabras entre otros animales europeos que compartieron, junto a marineros, hidalgos y religiosos el siempre escaso espacio de las 17 naves colombinas que en 1493 vomitarán la esencia del viejo mundo en el nuevo. Animales que, con mayores o menores facilidades de adaptación ecológica, iniciarán también su particular conquista de América. Sin embargo los primeros perros que atraviesan el Atlántico, poco o nada tendrán que ver con algunas de las primeras especies de perros domésticos nativos, como los antillanos, de pequeño tamaño, bien cebados y sorprendentemente para los españoles, silenciosos, con los que Colón toma contacto durante su primer viaje: "Bestias de cuatro pies no vieron, salvo perros que no ladraban".2 Apreciación confirmada por el cronista Oviedo, en su Historia general y natural de las Indias (HGNI), obra donde se insiste en esta primera visión colombina de perros nativos mansos y callados, siendo testigo directo de su presencia, tanto en el marco antillano, como posteriormente en la Tierra Firme, la Nueva España, Nicaragua o Santa Marta. "Eran todos estos perros, aquí en esta e las otras islas, mudos... |