Qualificació obtinguda: 10

Lo que aquí se pone sobre la mesa es cómo la arquitectura y sus estrategias pueden dar una alternativa a las sociedades en tránsito –en este caso, la procedente del conflicto bélico de principios de siglo XXI en Siria- al paternalismo y la trampa occidental que pretende dar respuestas siempre incrustadas en su excluyente sistema económico y de concepción del mundo. Cómo transitar de un régimen de crecimiento cuantitativo y de explotación de recursos y personas a un potencial sistema de crecimiento limitado y cualitativo en una relación más homeostática con el medio. Cuáles son nuestras capacidades de distribuir riqueza, poblaciones, métodos de producción…por el mundo, por el Mediterráneo. Revisar el concepto de permanencia desde un programa impermanente. La misión representativa y simbólica de la arquitectura entra aquí en juego. Es necesaria una manera de proyectar que resalte los problemas contemporáneos del hombre y cómo sus actividades han transformado nuestro mundo. Edificar como performance, imágenes que toquen lo real y lo transformen en conciencia efectivamente sentida. Encontrar los nudos de significación urbanos, las instituciones, los lugares de tránsito repetido de personas y transformarlos en lugares de oportunidad para la conmoción. Hacer del lenguaje arquitectónico un paisaje que refleje la multiplicidad de situaciones, vidas, problemáticas… Un diseño elástico para una población elástica. Existe una diferencia fundamental entre arquitectura efímera y desmontable: la oportunidad de una segunda vida para los dispositivos técnicos de la construcción. Un programa que necesita ser montado y desmontado, pero de cuyos elementos mínimos nacerán posibilidades enormes desde un contexto de economía productiva al por menor. Materiales y tecnologías desplazables y escalables a otro tipo de papel en el edificio, para su incorporación en las economías regionales e industrias locales. Comunidad y arquitecturas colaborativas en ausencia del Estado del Bienestar.