Abstract:
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El presente trabajo indaga el velado denominador común que unifica el pensamiento
de Maurice Merleau-Ponty: su defensa del pensamiento de la no-coincidencia, al que
también llama «de la divergencia o écarh, «de la no-posesión-transparente», y «de la nofusión»,
y al cual entiende en el sentido inespecífico de que ni la percepción ni el
conocimiento coinciden consigo mismos, así como tampoco coinciden, a su vez, con las
cosas percibidas o pensadas, pues en todos los casos sobreviene un flagrante déficit en la
prevista «adecuación». O sea que un ingrediente de transcendencia se infiltra capilarmente
en toda realidad, dando lugar a que la divergencia o écart se interponga a todos los niveles.
El tema prioritario para el pensamiento, según Merleau-Ponty, no puede ser más que la
«extraña distancia» que separa al sujeto de sí mismo y que aleja cada cosa de su posible
identidad. Además, el «pensamiento de la no-coincidencia» encuentra su justificación más
efectiva en la frustrante limitación perceptiva y cognitiva que plausiblemente podría ser
denominada la soberanía del horizonte. «Horizonte» significa para Merleau-Ponty la
totalidad problemática que, lejos de existir por efecto de la percepción o del pensamiento, es
en realidad la textura primordial a la que percepción y pensamiento deben su existencia, y
en definitiva el «lagos que se afirma silenciosamente en cada cosa sensible», o sea que
«horizonte» designa la «transcendencia pura, sin máscara óntica, aquello que está ahí sin
ser objeto»... |